ARAYA:
En mi experiencia, la activación comenzó realmente la mañana del 28 con el eclipse lunar alrededor de las 8:30 a.m. en Udaipur: el Sol y la Luna, en armonía, uno frente al otro. Sentimos el cambio, primero en el grupo del elemento tierra, el cual durante dos días no tuvo ni cohesión, ni fundamento ni estabilidad. (Esto tiene sentido al darnos cuenta de que la estrella de la Tierra que se encontraba en el centro del planeta, a partir de la activación de la Sexta Puerta cambió su ubicación hasta encontrarse cerca de la superficie). En la mañana del eclipse, percibimos inmediatamente una unidad amorosa. Por primera vez, la danza del elemento tierra fue suave, amorosa, silenciosa y de apoyo. Esto se sintió bien mientras estuvimos en el proceso de cambio, llevando a cabo nuevas formas de hacer las cosas y rompiendo viejos patrones.
El ambiente del resto de ese día y del siguiente, fue de mayor paz y felicidad, con un nuevo espectro de luz en mi ser. El día anterior a la activación, mientras descansaba a un lado de la piscina, 7 enormes águilas descendieron del cielo a gran altura sobre la superficie del lago. Mientras las veía dando vueltas, me di cuenta de que, energéticamente, se sentían como leones con alas.
El día de la activación, sentimos magnificencia, refinamiento, esplendor, y comodidad en todo nuestro entorno. Empezó con la procesión del hotel a Jagmandir, acompañados de una banda, elefantes y carretas tiradas por caballos y camellos (¡este evento sirvió para un reportaje para la televisión local!). Llegamos al palacio. Mi maleta estaba llena de botellas con agua, sandalias extra para bailar en superficies lodosas, ropa extra, papel de baño y una lámpara. Incluso me reproché el haber olvidado mi almohada. Vaya sorpresa que me llevé al descubrir la maravilla de Jagmandir con sus bellos jardines, mandalas hechos de flores, velas en el patio, fuentes, aves, un quiosco con almohadas, cobertores y suaves cojines... ¡Era como estar en Disneylandia!
Ciertamente había magia entre nosotros. La tarde empezó con la danza de la procesión estelar, seguida por la bellísima danza de los elementos terminando con la danza del sol y de la luna. Poco tiempo después, disfrutamos una deliciosa comida con meseros y candelabros.
Y entonces las energías realmente se dispararon. Empezamos con la Danza del Sol central mayor, y creo que todos sentíamos como suavemente las energías se iban acumulando. Después la danza de flor de loto, estas últimas fueron más palpables. Finalmente, cuando varias personas salieron del círculo, las 15 o 20 personas restantes se movían suavemente, arraigadas en sus sitios, incapaces (y renuentes) de moverse, debido a la mágica energía que fluía en ese momento. En retrospectiva, era casi una formación divina de unos cuantos que de algún modo intencionalmente crearon un efecto de lente de aumento para el flujo de energía. Era como estar en el flujo de un río sin poder nadar hacia afuera – poderoso, sin embargo sutil, TAN amoroso, refinado, tangible – como siendo inundados de gracia durante varios minutos.
Ahora nos encontrábamos sin dirección alguna – sin líder, sólo meciéndonos juntos suavemente, abrazados el uno al otro sintiendo esta apacible energía derramándose a través de nosotros y llenando la Tierra. Con mis ojos entreabiertos, levanté mis manos hacia el cielo mientras nos transformamos en un círculo más pequeño y por primera vez en mi vida, las vendas fueron levantadas, el polvo removido y pude contemplar la vastedad del universo. Por primera vez, pude ver el infinito a través de la luna, de ese modo la sentí lo suficientemente cerca para tocarla. El color del cielo era profundo y más brillante que nunca y mi ser estaba estático, en expansión y regocijo. Mientras miraba alrededor del circulo las caras de la amada familia. Podría decir que ellos estaban sintiendo lo mismo, pero una parte de mi quería gritar ¿viste lo que yo vi? Y el movimiento de afirmacón en sus cabezas, la mirada en sus ojos y el rayo de luz que se proyectaba en sus expresiones, me confirmó que en verdad acabábamos de activar la Séptima Puerta, el diamante de lo invisible.
La energía continuó (y todavía continua) infiltrándose toda la noche de una forma más suave y sutil, especialmente cada vez que bailamos la danza del loto. El palacio entero se volvió una danza moviéndose suavemente con estas energías; la gente durmiendo y soñando, dirigiéndose a la mesa del te, deslizándose a reemplazar a los guardianes, siendo absorbidos hacia una espontánea danza dentro del circulo, sentándose en cuclillas juntos, silenciosamente, cubiertos con mantas viendo a los danzantes, las estrellas y la gracia. Por encima de todo esto había una luna majestuosa y nuestro guardián Orión siempre presente durante toda la noche.