NUESTRA VERDADERA FAMILIA
En el 2008, nos reuniremos con nuestra verdadera familia. Durante este año, nos juntaremos y formaremos nuevas familias energéticas junto a las que podremos vivir y trabajar. Estos seres afines a nosotros son aquellos con quienes compartimos tanto una alineación de esencia como un camino sagrado similar.
Cuando nos encontremos con nuestra verdadera familia, es importante que estemos comunicados en forma permanente hasta que podamos vivir juntos. Este contacto abierto es esencial mientras estamos en proceso de creación de nuestra Vida Nueva.
Busquen a esas personas; definitivamente las encontrarán este año. Cuando las encuentren, es importante que estén totalmente abiertos y sean honestos y auténticos entre ustedes. Una manera de reconocerlas es porque no hay separación entre nuestro trabajo y nuestro juego. Una vez que las encuentren, permanezcan muy cerca y hónrenlas, porque cada una de ellas es una verdadera bendición.
ÚNICO AMOR VERDADERO
Reunirnos con nuestro Único Amor Verdadero es un componente principal de este año. Si todavía no se han encontrado, y lo desean, hay una probabilidad muy fuerte de que ocurra. Pero, por supuesto, primero tienen que entrar a la posición apropiada.
Aún cuando estemos sentados en el Corazón del Loto, hay otro nivel al que debemos pasar para estar preparados para unirnos con nuestro Único Amor Verdadero. Pasamos a éste convirtiéndonos en un Rey de Reyes que es el Hombre Más Verdadero o en una Reina de Reinas que es la Mujer Más Verdadera. Porque sólo un Rey de Reyes o una Reina de Reinas puede unirse como el Único Amor Verdadero. (Esto no tiene nada que ver con preferencias de género o sexuales, porque el Único Amor Verdadero está disponible para todos).
El Rey de Reyes y la Reina de Reinas son seres muy refinados que tienen una gracia y elegancia naturales en todo lo que hacen. Transmiten una sensación de simpleza, verdadera nobleza y radiante autoridad interior con cada movimiento o acción. Son Verdaderos Seres Auténticos y Maestros del Servicio.
Una vez que encarnemos nuestro Rey de Reyes o nuestra Reina de Reinas, podemos comenzar a abrir la conexión con nuestro Único Amor Verdadero. Encuentren las piedras fundamentales que sostienen la resonancia del Único Amor Verdadero y colóquenlas donde puedan verlas. Si lo desean, pueden crear un altar especial para el Único Amor Verdadero o encender una vela especial para él.
Ahora, llamen a vuestro Único Amor Verdadero para que él los encuentre. Cuando lo hagan, asegúrense de que están encarnando a su Rey de Reyes o su Reina de Reinas y que están sentados en el Corazón del Loto. Conviértanse en un Loto de Amor Viviente.
Luego, despejen el camino entre ustedes. Lo sentirán cuando se conecten energéticamente. Y se irá fortaleciendo más y más. Obsérvense uno al otro con su Único Amor Verdadero, todo el tiempo. Siéntanlo acostado a vuestro lado de noche, viajando en el auto junto a ustedes. Desarrollen un vínculo íntimo antes de reunirse físicamente.
Si lo logramos, en algún momento del año encontraremos una Intersección Principal con Nuestro Único Amor Verdadero. Ocurrirá espontánea y naturalmente. Y nada volverá a ser igual.
MENSAJEROS
Mientras esperamos que aparezca nuestro Único Amor Verdadero, podemos encontrar algunos mensajeros de nuestro Único Amor Verdadero. Esto ya le está sucediendo a muchos. Los mensajeros nos reconocen instantáneamente como un Rey de Reyes o una Reina de Reinas y nos aprecian por lo que realmente somos. Llegan a nuestra vida para activarnos más abriendo nuestro corazón y disparándonos recuerdos de los códigos que compartimos con nuestro Único Amor Verdadero. Estos códigos entonces, comienza a activarse.
Cuando nos encontremos con un mensajero, tenemos que estar agradecidos por reconocernos, pero debemos ser cuidadosos y no confundirlos con nuestro Único Amor Verdadero. Si nos arrojamos a los brazos del mensajero, nos habremos desviado del camino hacia nuestro Único Amor Verdadero.
Tenemos muchos Únicos Amores Verdaderos potenciales, pero sólo uno dará el paso hacia delante para estar con nosotros. Y éste es con quien tenemos que compartir nuestro destino. Y es el único que será indudable.